LA CHINCHETAEsa obsesión “policial” 

Sé de lo que escribo. Tuve en casa (y sigo teniendo) un policía con más de 40 años de servicio: mi padre. Y lo que van a leer a continuación no es mío, lo han denunciado, tal cual transcribo, los Sindicatos Policiales, haciendo referencia al uso de la Policía Local como arma política en el Ayuntamiento de SCTFE. En un comunicado demoledor han arremetido contra el ex concejal de Seguridad Ciudadana, Florentino Guzmán:

“Condenamos los continuos ataques que estamos recibiendo los funcionarios de la Policía Local por parte del Sr. Guzmán, a través de foros no adecuados como son las Redes Sociales. Realiza publicaciones que ponen en tela de juicio el trabajo de muchos integrantes del área de Seguridad Ciudadana, y la función de escolta, por ejemplo, a la edil Evelyn Alonso, adquiriendo en los últimos tiempos unos derroteros muy preocupantes al incidir de forma enfermiza...”.

Lo dicho, no es cosecha mía, palabra de Sindicatos, puestos de acuerdo, y mira que eso es difícil. El uso de las RRSS como arma de acoso se está convirtiendo en algo, no preocupante, como “suavemente” deslizan los Sindicatos, seguramente han sido comedidos. Se está convirtiendo en una pistola de acoso obsesivo con la que descargan muchos sus desmotivaciones y frustraciones.

Y no hablo del Sr Tino Guzmán (él sabrá...), hablo en general, de una sociedad sembrada de elementos miserables, que se esconden bajo perfiles falsos para hacer daño. Ahora ésa es la moda, junto a las grabaciones ocultas que luego son cocinadas y filtradas. Ya las hablaré de eso.

Y a los cuerpos policiales, en este caso la Policía Local, les recuerdo, las más cercana (casi siempre la primera en llegar cuando se les necesita), déjenlos trabajar en paz, porque solo cumplen órdenes. Bastante tienen con salir a la calle, a jugarse el pellejo, a ser insultados y agredidos, a veces, por un sueldo que haría reír hasta a Los Morancos.   

Bastante tienen encima ¿sí?, para que estemos además jugando con ellos en chismes de Twitter, comentarios ramplones, cotilleos marujos, y cuestionando su trabajo, por acatar órdenes. Para eso les han formado, les guste o no. Como dicen por estos andurriales, hay obsesiones que “dan más lata que un cochino bajo un brazo”.

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