
LA CHINCHETA DEL DOMINGO. La fiesta... Estaba tomando café con un compañero de profesión, cuando me lo señaló. “Mira” , me dijo, “está comiendo de la basura” . Le dije que no podía ser, pero me di con la realidad de frente cuando vi, que efectivamente, el hombre rebuscaba en el contenedor y comía. A los dos se nos revolvió el cortado y nos mandamos a mudar. Y nos fuimos rumiando. No es nada diferente a lo que ocurre cada día en muchas ciudades del mundo. Pero una cosa es saberlo y otra verlo. Y como comentábamos mi compañero y yo, hay gente que entra en esa dinámica, y prefiere incluso estar así, antes de ir a algún sitio a que le den comida. Créanme que es así. Pero la imagen duele. Duele porque le pones cara a la miseria de la persona. Revolviendo en un cubo de basura comer...con fruición y ganas. Y todo esto me lleva a pensar que, siguen sin cuadrarme las cuentas. Llamas para reservar mesa en un restaurante y no hay mesa, buscas un billete de avión (caros como el demonio) y no