LA CHINCHETA. Este país está “petado”
Así denomina la gente joven (y no tan joven) a algo cuando está a punto de reventar. Y España, esta España mía, esta España nuestra, como cantaba Cecilia, está a punto de “petar”. Yo no sé cómo se las han arreglado quienes nos gobiernan, para que todas las miserias que tenemos, salgan a enseñar sus vergüenzas en el mismo momento.
La Monarquía cuestionada y vilipendiada. Las supuestas
mamandurrias del Rey Juan
Carlos (del
que no se sabe nada), el papelón de su hijo Felipe VI, monárquicos, por un lado,
republicanos por otro. La crisis en Cataluña, con un presidente inhabilitado que amenaza con
atrincherarse en el poder. Los Okupas, la Economía en caída libre...
Un gobierno de pacto tambaleante con las salidas de tono de Podemos y algunos
amiguetes que por allí pululan. Todo ello bien envuelto con una crisis
sanitaria de primer orden, nunca vista, con miles de muertos y con poca
atención a las CCAA
(entre ellas Canarias).
Normas por aquí, normas por allí, hoy se cumplen, mañana no, todo el mundo
despistado, Y desde Europa
nos miran, nos pintan la cara día sí, y día también pensando: “es que son
españoles los pobres, son fiesta y pandereta...”
El impacto y el daño psicológico que están sufriendo miles de
familias es alarmante. Saben donde están este mes, el que viene, vaya usted a
saber. Esa inseguridad, esa falta de perspectiva esta “asesinando” a
miles de personas. Las consultas de Psiquiatría y Psicólogos no dan abasto:
crisis de ansiedad, problemas para dormir...que les voy a contar ¿no? Como
escuchaba a alguien, a este paso, vamos a tener que crear un “Programa Especial
de Ayuda Psicológica” a los españoles. Y no deja de tener razón, la soledad
y la alerta permanente, están provocando daños irreversibles.
A veces ve uno destellos de luz, y sonríe como un niño chico
al que le han hecho un regalo. Este fin de semana, por ejemplo, cuando el
gigante turoperador TUI
reanudó sus vuelos con Canarias o que ya bajamos la barrera de la tasa de 50 contagios
por 100.000 habitantes. Pero son destellos que se apagan en las mentes con la
misma facilidad con la que deslumbran. No me hagan mucho caso, hoy es un “día
tonto, de pronto y sin una razón, no es gris, ni negro, es solo marrón...”
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