LA CHINCHETA. La penúltima grosería...
Yo no sé quién carajo tomó la decisión, pero algún mandamás del Gobierno de España puso ayer los principios del socialismo en el fondo de la taza del váter y tiró de la cadena. Más que eso aún, se pusieron el traje de la miseria para abrir la puerta del “Muelle de la Vergüenza” en Arguineguín, y dejar tirados en la calle a 220 inmigrantes, sin agua, sin comida y donde dormir.
Lo demás me da vergüenza escribirlo. Los llevaron a Las Palmas en Guagua.
Los dejaron frente a la Delegación
del Gobierno y
al lado del Consulado
Marroquí con
lo puesto y sin ducharse, y comenzaron los aquelarres políticos atufando a quemado
en las Redes Sociales. Vista la que se lio, tuvieron que habilitar nuevas
guaguas, para llevarlos a un recurso de acogida que encontraron.
¿Ustedes creen que esto es normal? Unos cuantos meses
hacinados en un muelle y la solución del Estado es soltarlos a su suerte, aduciendo
que se había cumplido el plazo de retención. Un año buscando alojamiento, centros
para ubicarlos, y de repente sueltas a un grupo (¿por qué no a todos?). como animales, para que se larguen del
muelle.
¿Dónde diablos estaba el delegado del Gobierno anoche? Me
temo que Anselmo Pestana,
estaría pensando en algo que rima con su apellido...y por donde va a salir: por
la ventana. Y el resto de Socialistas, tibios como agua guisada y escondidos.
Me consta porque llamé a unos cuantos, y estaban balbuceando frases inconexas, abochornados
y lanzando toda suerte de pestes contra el inepto del ministro Marlaska.
Poco más que decir. Hagan lo que hagan ya, lo de anoche fue
un excremento grosero pinchado en un palo, que les va a perseguir, y que hoy ya,
se está viendo en las televisiones de media Europa. Toda una imagen. Menos mal que nos salvan
esos vecinos, gente buena de aquí, gente corriente, que, con sus bolsitas en
mano, se fueron a la plaza
de La Feria a
llevarles bocadillos, jugos y agua.
Somos los peor pagados de España en sueldos, con la cesta de
la compra más cara y con un nivel de pobreza y paro que nos come. Será por eso
que nos da igual quienes estaban sentados en aquella plaza. Los vecinos solo
sabían que tenían hambre y sed. El resto, la infame grosería de unos cuantos
políticos estúpidos, sobraba. Nosotros, somos una tierra única...hasta para ofrecer
un simple bocadillo.
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