LA CHINCHETA DEL DOMINGO. Sí, quiero...

Somos la Comunidad Autónoma de España donde más se divorcian las parejas, y donde menos nos casamos. Debe ser el calor o el ambiente, que nos vuelve demasiado independientes y nos convierte en almas libres, que quieren volar sin ataduras. Los pibes y pibas, por estas benditas tierras atlánticas, se ve que no están para tonterías y ponen tierra de por medio cuando los problemas asoman.

Por eso ayer, cuando se casaron mi Belén y mi Beselch. Familia, amigos y sobre todo dos buenas personas, pensé que todavía hay gente que es capaz de creer, creen que pueden formar una familia y tirar adelante, sin miedo. Dos tipos jóvenes. Él, ingeniero superior en informática y como sabrán, a su edad, uno de los templistas más grandes que ha dado esta tierra. Canario hasta la médula...

Ella, una piba excepcional, arquitecto técnico, y que ha decidido ser empresaria con su propio negocio (“La Casita de Belén”), de productos ecológicos. Triunfando está la aparejadora. Ayer los casó el bueno del alcalde lagunero, Luis Yeray. Y uno miraba el momento, las caras de ilusión, las miradas ladeadas de amor, la fuerza de un cariño casi salvaje, las manos agarradas apretando, y pensaba que de verdad todavía queda algo de sentimiento puro en este mundo loco que nos ha tocado vivir.

Y partir de ahora ellos escribirán su propia historia de amor. Porque han decidido escribirla juntos. De momentos maravillosos y de no tan buenos, de esos que forjan a una pareja. Estos vibran a buen ritmo, pinta tienen de escribir muchas páginas y de comer de la tarta de la boda durante mucho tiempo. Seguro que han decidido bailar pegaditos y acurrucarse cada noche.

Es verdad que la vida en pareja no siempre es color de rosa, porque hasta las rosas tienen espinas, pero...la mera ilusión de intentarlo (como Beselch y Belén), ya vale la pena. Y a ver si la estadística esa, fea como el hambre, la vamos cambiando. ¿No somos las Islas Afortunadas? Pues vamos a “afortunarnos” y a querernos más. Yo, sí quiero...

Comentarios

  1. Ser invitada a una boda es un honor, y encontrar el look de invitada ideal es emocionante. La elección cuidadosa del vestido, accesorios y maquillaje nos permite brillar y celebrar el amor con estilo y elegancia. ¡Un día para recordar con alegría y elegancia!

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