LA CHINCHETA DEL DOMINGO. La mano del Pracan 

Saben, el Pracan, es lo que en otras islas llaman un Perenquén. En la Gomera es un Pracan. Habitan las noches de nuestras casitas, pegados a la pared, y se comen los bichitos, para eso fueron entrenados. La mano del Pracan, que suele tener la uña pintada para disfrazar, es mortífera. Se lo comen todo. Se comen hasta lo que otros no se comen, porque son supervivencia pura. 

El Pracan en es un animalito silencioso, de hecho en las casas gomeras no se los toca porque da mala suerte, se le deja moverse y hasta se le deja pactar donde haga falta, menos con los mosquitos y bichos chicos. Pero ojo, el Pracan tiene un instinto natural para adivinar todo. De he hecho pasa noches enteras esperando por su presa. Ni un mosquito por la izquierda, por la derecha o por el centro que se le resista, pero sabe dónde tiene que comer. Sabe donde morder y poner su mano.

Lo más bonito es ver la mano del Pracan pegada a la pared hora tras hora, quieto, a la espera de la presa. Luego de repente golpean en segundos. Y vuelven a su sitio. Otros u otras no saben cómo golpear como el Pracan. Se creen listos,  Pero el Pracan como en política sí que sabe golpear. Por eso es un bicho que sobrevive. El Pracan siempre está. 

La mano del Pracan, aunque parezca chica,  es tan grande que ustedes no se imaginan. Los tentáculos de esas patitas y de esas manitas pisan tan fuerte que asustan. A veces te intentan poner la pata encima, pero la pata del Pracan, y la mano es más fuerte. Porque aprendió a correr por los barrancos gomeros. A cruzarlos y a esperar con paciencia  Cosas de las que otros no pueden presumir.  


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