LA CHINCHETA. Llegando a los 50...

Hoy es viernes y me niego a hablar del Corona Virus. Prefiero arrancarles una sonrisa o una lágrima, depende de cómo se lo tomen. Lo hablaba ayer con un amigo: al ir llegando a los 50 el CV te importa un carajo, no tendrás un nuevo trabajo y ya no eres hipocondriaco, ahora sí estás enfermo y conoces de memoria el careto de tu médico. Eso sí, ya no tienes que mirar con cara de rebuznado y ceder el asiento a algún mayor. Tú, tolete, comienzas a ser mayor y te miran a ti, para dejarte el asiento. Los pibes te llaman Don/Doña o Sr./Sra. Lo de tu nombre pasó a mejor vida.

Se acabó la filosofía paternalista de consejos enlatados. Ya no tienes nada que perder para el largo y difícil camino de la vida. Lo que perdiste, perdiste y lo que ganaste seguro que te lo gastaste. Así todo, Papá, siempre seguiré escuchándote, de perfil eso sí, para que no me mires a los ojos y me recuerdes mis miserias...

Fíjate tú, el seguro médico cuyo pago te torturaba todos los meses comienza a valer la pena, porque, además, eso a lo que antes llamabas “cuerpo”, puede ser útil ahora: tus articulaciones predicen el tiempo mejor que los meteorólogos.

Tus secretos están seguros con tus amigos, total, ellos tampoco se acuerdan, porque créanme, su grupo de neuronas activas llegó al fin a una cantidad manejable. Y es que además esas neuronas cuchichean con las hormonas, para comentar que ya está bien, que pueden vivir sin sexo duro, pero...no sin sus gafas. Los pecados capitales han cambiado: La Lujuria es ahora...Pereza, la Gula se acepta como animal de compañía (si es murciélago no comérselo...)

Ya no sales de la fiesta de Blas con unas cuantas copas de más. Ahora, si haces una fiesta, tus vecinos ni se enteran. Por suerte la pasma tampoco. En otra época caímos enamorados de la moda juvenil, ahora tu ropa jamás pasa de moda, y suplica entre lloros que traigas nuevos amiguitos al armario.

Ves salir el sol, mientras recuerdas que los chats de grupo los puedes mandar a las 6,00 AM, tus amigos ya están despiertos. Pero ustedes no despierten, si hace falta engáñense y sigan pensando, como yo, que por ahí dentro vive un niño. Y todo esto...llegando a los 50. ¿Qué viene después?

@chinchetas









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