LA CHINCHETA. No somos bobos...

El ministro Marlaska cesó al jefe de la Guardia Civil en Madrid por obedecer a una juez y no darle a él antes, un informe policial sobre el delegado del Gobierno. O sea que, según eso, hay que desobedecer a los jueces. Esto no huele a rosas. Marlaska es juez ¿no? ¿Lo obedecemos a él entonces o no?



No entro a valorar si el informe es bueno o malo o en qué informaciones estaba basado. Eso lo determina su Señoría. No, simplemente voy el hecho en sí. Marlaska fue magistrado de la Audiencia Nacional, lo digo porque es el primero que debería saber que la Guardia Civil realizaba sus investigaciones como policía judicial, y que el Sr. Cobos estaba obligado a cumplir las instrucciones de la juez: mantener el secreto de sus investigaciones a todos, incluido al ministro.

El jefe de la Guardia Civil es un servidor público, sometido especialmente al estricto cumplimiento de la ley, o sea, a las instrucciones de la magistrada. ¿Qué debió hacer? ¿desobedecerla? Tomó su decisión ajustándose a la ley y apartando a un lado al político, que además es juez. Por coherencia política y jurídica, el Sr. Marlaska debería irse a su casa, pues exigió información y cesó, a quien actuaba de Policía Judicial bajo las órdenes de un juez, y no bajo órdenes políticas.

Y fíjate tú, a la vez que todo esto ocurre, el Ministerio de Interior anuncia, de repente, que equiparará el salario de guardias y policías nacionales con autonómicos y locales, qué casualidad. Como decían los romanos, “pan y circo” para callar al populacho, pero me da que no. Creo que ministro-magistrado ha conseguido algo impensable: poner en modo cabreo a toda la Guardia Civil. Me da que, a partir de ahora, informes judiciales y secretos varios van a volar como perritos piloto.

Y que conste, no somos bobos, en todo este sainete hay un mensaje implícito a los periodistas: la información la controla el Gobierno. Si hay que filtrar informes, filtra el Gobierno, pero nunca la Guardia Civil o la Judicatura. Lo que pasa es que esta vez, no salió bien la vaina.

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