LA
CHINCHETA. Historias
para no dormir...
Un Estado de Alarma Excepcional, un Estado de Sitio con Alarma, o una historia para no dormir, de esas de terror. Interpreten ustedes, llámenlo como les dé la gana, pero, sin duda somos diferentes. Llevamos dos meses confinados, somos ahora mismo el único país de Europa en Estado de Pesadilla y el Ejecutivo plantea prorrogar esta bendición del cielo, como mínimo un mes más. Europa borra el Estado de Alarma y nosotros lo prorrogamos, porque somos más chachis, diferentes...
Un Estado de Alarma Excepcional, un Estado de Sitio con Alarma, o una historia para no dormir, de esas de terror. Interpreten ustedes, llámenlo como les dé la gana, pero, sin duda somos diferentes. Llevamos dos meses confinados, somos ahora mismo el único país de Europa en Estado de Pesadilla y el Ejecutivo plantea prorrogar esta bendición del cielo, como mínimo un mes más. Europa borra el Estado de Alarma y nosotros lo prorrogamos, porque somos más chachis, diferentes...
El objetivo (fíjate tú la novedad...) es conservar el mando
único frente a las autonomías mientras se busca como combatir la pandemia y
reactivar la economía. El mismo que dijo que pediría Estados de Alarma cada 15
días, para así informar ante el Congreso (Pedro Sánchez), ahora prefiere
escurrir el bulto y no aparecer por un coñazo de Asamblea Nacional, poblada de
amiguitos con el puñal bajo manga.
Muchos juristas ya han alertado que el Gobierno, jugando con
fuego, ha suspendido derechos fundamentales de los ciudadanos a lo largo de las
sucesivas prórrogas. Está claro que hay quienes aún no saben que, jugando con
fuego, se acaban meando en la cama. Aquí no hay pañales que valgan.
¿Qué se esconde detrás de un mes más de Estado de Alarma, cuando
ningún país europeo lo tiene? ¿Tan mal estamos? Tal vez no tenemos ni idea de
cómo volver a la tan manoseada “nueva normalidad” o alguna historia para no
dormir, que nos ocultan, debe atormentar a las mentes privilegiadas que nos
gobiernan. Italia sale hoy a la calle. Será cuestionable o no, pero ya lo han dicho:
“o arrancamos ya o la economía revienta”.
El Estado de alarma no ha sido una mala solución, y ha
funcionado, hasta que se abusa de ella y se acaba viciando, hartando a la
gente, a la que se le ofrece explicaciones poco creíbles. Las historias para no
dormir (y ésta es de las ruines) suelen acabar en terribles pesadillas. Ojo con
eso.
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