LA CHINCHETA. ¿Cortados
o tapabocas?
La Doña fue bastante clara. Sentada después de tomarse su cafeto
mañanero en el bar habitual, miró la taza, lo pensó y se lo dijo al camarero: “oye
pibe, entiendo que tengan que cobrar el cortado más caro, 1,20 euros, antes
valía 0,90. La crisis se paga, por eso, a partir de ahora no pagaré más
cortados mi niño, me lo gasto en mascarillas, que valen 0,96”. Se
levantó resignada, sin mal rollo, y se fue..
Cuestión de prioridades. Entre 20 y 30 euros al mes, gasta
una persona en “tapabocas” para protegerse. Imaginen a una familia con niños, es
el dinero de una compra. Solo las dispensan sin pagar (es obvio...) en los
hospitales, las empresas a libre albedrío y el resto, a pasar por caja. Cambiar
un rico café por esa incomodidad nunca fue tan amargo. Familias que viven con
ayudas y pensiones escuálidas, tienen que elegir, mascarilla o cortado. Por supuesto
la ganadora es...la “tapabocas”.
Coincidirán conmigo en que se han convertido ahora mismo en
un producto de primera necesidad como la leche o el pan. Las tenemos que usar
cada día hasta dos veces, y además con el miedo a la multa si no la llevamos.
¿Es de primera necesidad para el bolsillo o no? La leche y el pan no pagan
impuestos, no pagan IGIC, y algunos productos prioritarios tienen ayudas
específicas por venir de terceros países y la lejanía con Canarias. Las mascarillas
venían de China ¿no?
¿Por qué las mascarillas pagan tributos siendo de primera
necesidad ahora mismo? ¿No deberían dárnoslas gratis para nuestra protección,
si cada mes, pagamos ya de nuestras nóminas, una sanidad pública de nivel? Dan
a las familias vulnerables un Ingreso Mínimo Vital (buena iniciativa) y... ¿después
hay que gastarse parte de ello en mascarillas? Sé que es cuestión de vida, pero
se me revuelve todo cuando veo un euro irse al cubo de la basura. Más de uno estará
rascando latas viejas en casa, a ver si reúne esos “céntimos de cobre” para un
simple café...
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