LA CHINCHETA. A lo Zorro...
En estos tiempos del Virus, oír hablar de inversiones de trenes en Canarias,
suena a estudio sobre la impotencia senil de los alacranes del Cañón del
Colorado, pero bueno, puestos a hablar, supongo que en un futuro lejano supondrá
la mejora de la conectividad y la creación de empleo. Y que la Consejería de
Obras Públicas y Transportes haya solicitado que el tren de Tenerife sea incluido
en las ayudas europeas por el Covid-19, pues vale...
Pero que, en La Laguna, tercera ciudad más importante de Canarias,
Patrimonio de la Humanidad, Sede Universitaria, y referente de tantas otras
cosas, se tengan que enterar por los Medios de Comunicación del asunto, manda “Trillos”.
Tranquilos, no pasa nada, la ciudad es “solo” una de las principales
afectadas desde el punto vista urbanístico y medioambiental.
El alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, ya ha expresado su “malestar”
por no haber sido informado de nada. Y vaya si tiene razón el hombre...El
proyecto del tranvía implica ampliar la línea por la ciudad, una actuación que
en principio se había descartado precisamente a causa de la pandemia.
Y que no se entere el alcalde ya es grave, pero que los vecinos,
los afectados, se enteren leyendo el periódico o viendo la TV, ya es de traca. El Gobierno de Canarias no puede ir por la vía
del ordeno y mando, sin contar no solo con el alcalde, sino
despreciando a los vecinos, porque además se había prometido el máximo consenso
en este proyecto, con un amplio proceso participativo. Y de repente se anuncia así,
a lo “zorro” y por las bravas.
Los vecinos no se merecen este trato, porque, además, hace un mes se había acordado parar el proyecto al no ser un
asunto prioritario. “No me jodas, vaya momento para hablar de trenes...” decía
ayer más de un vecino entre cortados, periódico en mano, leyendo cifras de
contagios y perrerías varias. Pero que encima se enteren por la Prensa, y que
ni si quiera, por cortesía, una llamadita al alcalde, es para mear y no echar
gota.
El alcalde ya ha dicho que va a posicionarse al lado de lo
que decidan los vecinos y vecinas. Me temo que con tan desafortunado proceder,
y el anuncio a lo “zorro”, no les van a poner la alfombra roja a los ideólogos
del tren. Más bien, tendrán enfrente a colectivos vecinales que tienen ya
varios doctorados “summa cum laude” en pelear por su terreno. Las obras,
cuestan mucho dinero, y mal gestionadas pueden costar algo más: ¿muchos votos...?
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