LA CHINCHETA. No somos
diferentes...
Seamos sinceros, seamos profesores o no, hemos estado todo el
verano para arriba y para abajo. Muchas veces sin mascarillas, ni
distanciamiento social, metiéndonos en bares, playas y piscinas a reventar, en
reuniones y celebraciones, etc. Y ahora cuando tenemos que volver a clase, al
trabajo, nos entra el miedo.
No soy sospechoso de no defender a los profesores. Yo mismo soy
docente y en unos días tendré que enfrentarme a esa realidad en forma de 30
alumnos, que me esperan. Por eso me siento más que autorizado a hablar de esto.
No hago más que oír a muchos profesores que tienen miedo de ir a clase. Miedo a
contraer el Covid-19. Lo entiendo, y sé que esto no va a gustar, pero... no somos
diferentes.
La "Nueva Realidad", espera... |
Mis alumnos me esperan, y planteándome el “miedo”, me
he planteado, más aún, comenzar a enseñarles cuanto antes, para eso me prepararon y
a ello me dispongo. Y me tendré que adaptar a la “pendejada” de la nueva
normalidad, tomando y exigiendo, desde luego, todas las medidas higiénicas
posibles. Compañeros míos, de diferentes empresas, conviven con más de 30
personas en una misma sala y se lo tienen que comer, les guste o no. Los
profesores no somos, ni deberíamos ser diferentes, siempre tomando las medidas
preventivas para evitar posibles contagios,
¿Qué hacen esos trabajadores con sus niños? Ellos no están
preparados para darles clase y tampoco pueden abandonar sus puestos de trabajo.
Creo que los profesores tenemos que dar la talla como lo están haciendo los
sanitarios. Aquí todos los “curritos” tenemos la obligación de
adaptarnos a la situación. Creo que algunos de mis compañeros tienen la piel
demasiado fina.
El virus va a estar con nosotros durante mucho tiempo y
nuestros niños tienen que dar clases presenciales. Igual de expuesta está
cualquier persona que trabaja en un supermercado o en un hotel. Hay
farmacéuticos, transportistas, dependientes, enfermeros, médicos, y un largo
etc. Como profesores deberíamos cumplir con lo nuestro, igual que hacen los
demás. Se espera que estemos a la altura. No somos diferentes...y sé que esta
Chincheta no va a gustar, pero como decía Oscar Wilde: “Cada vez que la gente está de
acuerdo conmigo, siento que me estoy equivocando”. Pues eso...
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