LA CHINCHETA DEL DOMINGONo aprendemos...

Conozco el sitio como la palma de mi mano. Es el pueblo de mi madre, Valle Gran Rey, donde tantos y benditos momentos pasé (y sigo pasando), y ayer, cuando vi la imagen, pegué un respingo de donde estaba sentado y lo pensé en voz alta: “sabia que iba a pasar...sabía que iba a pasar”. Y es que no aprendemos...

Parte del acantilado frente al Puerto de Vueltas se vino abajo como si estuvieran barrenando la montaña. En principio, no ha habido víctimas, aunque hoy, las unidades caninas, seguirán buscando bajo los escombros. A unos cuantos, ayer (campistas en su mayoría), les tocó la “lotería de la vida”, porque momentos antes del derrumbe, hubo pequeños desprendimientos, que hicieron que se alejasen de la playa que fue arrasada.

Más de una vez he estado bañándome en la playa del muelle, y he mirado la pequeña carretera de tierra por la que se accede a la zona del derrumbe, con el acantilado casi dibujando un arco sobre el mar, y sigo pensando cómo puede acceder la gente a una zona que a simple vista ya resulta peligrosa.

Es más, hay un cartel en el acceso que advierte, en tres idiomas, del peligro de desprendimientos: "Este lugar está sometido a riesgos naturales y contrastados de desprendimientos. Quienes accedan, asumen el riesgo y será de su exclusiva responsabilidad". Así mismo lo pone, y la gente va tan ufana y divertida con sus caravanas, a acampar. O grupos de familias completas, con niños, a pasar el día.

Recordé de inmediato el drama de la Playa de los Guíos, en el Acantilado de Los Gigantes en Santiago del Teide: el derrumbe de rocas que mató a dos bañistas en noviembre de 2009, y por el que fue condenado a año y medio de prisión como autor de dos homicidios por imprudencia, al exalcalde del municipio, Juan Damián Gorrín. ¿Ven? Es que no aprendemos...

El Instituto Volcanológico de Canarias, lo lleva advirtiendo desde hace tiempo a las Administraciones: las condiciones geológicas y volcánicas de las islas determinan un alto grado de inestabilidad en sus taludes y laderas. ¿Qué pasa, nos olvidamos de las tragedias? ¿Cómo en el caso de los Guíos, tiene que morir gente para que reaccionemos? Es verdad que el hombre es el único animal (y les prometo que esto no es humor negro) que tropieza una  y mil veces con la misma piedra...

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