LA CHINCHETA. Alcaldes y Convivientes...
Han vuelto a coincidir, y ya van varias veces. Los Alcaldes de Santa Cruz, José Bermúdez y de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, volvieron ayer (dejando de lado ideologías y formaciones políticas) a señalar en la misma dirección, en referencia a una de las medidas restrictivas que más polémica, (y hasta risa, si no fuera por la situación...) ha suscitado: que solo los convivientes, pueden compartir mesa en bares y restaurantes.
Es,
sin duda, una fuerte “pollabobada” digna de algún cerebro licuado.
Básicamente por algo: porque es imposible de controlar. Y las normas se dictan
para que sean cumplidas y controladas, y no para que el personal se limpie el
trasero con ellas. Y por favor, visto lo visto, que no vengan ahora a hablarme
de la responsabilidad de cada uno, bastante (y perdonen la expresión) la hemos “cagado”
ya.
¿Va
a ir la Policía Local,
mesa por mesa, preguntando si está sentado con su hijo, primo, sobrino o demás
familiares...? ¿Habrá que llevarse el libro de familia a tomarse un cortado? Si
es que además no hay Policía para este desatino. ¿Los que están solos, sin
familia, que los hay muchos, ya no se pueden sentar con nadie?
José Bermúdez y Luis Yeray
gobiernan en un area donde viven 360.000 personas, y es a los alcaldes,
y no al Gobierno, a quien tocan a la puerta para que solucionen sus problemas. La
gente no entiende de Cabildos o Consejerías. Su alcalde, es su alcalde,
y punto. Y estos dos, no deben haber dormido mucho últimamente. Y a pesar de
ser de dos partidos diferentes, CC y
PSOE, con ideologías diferentes, han
sabido aparcarlas, ponerse el gorro de alcalde, y no caer en la tentación (como otros/as) de hacer política miserable y corrosiva con esta basura de
Pandemia.
Le
han pedido al Gobierno, y más aún al Presi Ángel Víctor (que fue un magnífico alcalde de Arucas), que deje sin
efecto la “pollabobada” y que además (y con toda la razón del mundo) no
solo anuncien restricciones, sino un plan de ayudas que ayude a mitigarlas. De hecho,
debió haberse hecho a la vez. Y a los “Arcardes”, que no les arriendo la
ganancia, pero que, si superan esto juntos, igual es el comienzo de una gran
amistad, como en Casablanca.
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