LA CHINCHETA DEL DOMINGO. Esta Semana Santa...
La recordaremos siempre como la Semana Santa donde todo estaba al revés. Donde nunca fuimos lo que somos. El año pasado estábamos encerrados, y ésta, pensábamos que ya estaríamos de viajes, de playa total desatada, o de apartamentos. Ni Fu, Ni Fa, ni aquello, ni nada. Un año después, la vida sigue igual, y “lo sabes...”, como Julito Iglesias.
Yo me he ido de viaje por La Laguna. Que el alcalde Luis Yeray dijo que podemos viajar a
una ciudad Patrimonio de la Humanidad, muy bonita ella, y que nos queda
al lado. Y así por lo menos me evité les terribles colas que se formaron jueves
y viernes en las salidas a la autopista del sur. Cuentan que hubo gente que
tuvo que comerse los bocadillos en el coche...
En las playas había tal aglomeración que se pudieron ver vasos
de plástico volando y bolsas de papas fritas caminando de la mano. Y las
mascarillas descojonadas de risa hablando unas con otras, porque no tenían que
estar puestas. Se salvaron de la quema a última hora. Las peleas para conseguir
aparcamiento y cientos de caravanas y Berlingos desafiando a las Policías Locales en las costas. Cuentan que
las mascarillas hacían cola en las heladerías “La Golosa” para comerse
un helado, mientras sus dueños se daban besos.
He visto cosas que vosotros no creeríais, naves en llamas más allá de Canarias. He visto rayos de esperanza brillar
en la oscuridad cerca de la Puerta de la Semana Santa de este año. Todos esos
momentos, espero, que no se pierdan en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es
lo que nos ha prometido nuestro presidente Ángel Víctor Torres. Ese hombre fue
alcalde antes que presidente. Habrá que confiar.
Lo dicho, mejor por La Laguna, que incluso me tomé un café con uno de los pibes
llegados de África
que estaba sentado cogiendo sol en la calle, calentando los huesos, huyendo, me
dijo, del frio de Las Raíces.
Me contó...Ya les contaré. Es injusto e innecesario, y ha sido así esta Semana Santa. Dame
fuerzas Señor porque el año que viene seguramente Dios proveerá,
pero que difícil nos lo ha puesto éste.
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