LA CHINCHETA DEL DOMINGO. De aquí a la eternidad...con un beso...
Cuando cerramos los ojos y fundimos nuestros labios con nuestra pareja, en un abrazo apasionado, las pulsaciones cardiacas suben de 60 hasta 130 por minuto, se libera adrenalina, baja la tasa de colesterol y, se refuerza el sistema inmunitario, fíjate tú... ¿se me animan? De aquí a la eternidad.
Pues sí. Vivimos mejor y vivimos más gracias al beso. Después de
rebuscar en tesis doctorales y variopintas investigaciones universitarias y
hasta alguna llamada a compañeros del área de sociología, hemos concluido con la
idea de que las parejas que se despiden con un beso antes de irse a trabajar tienen menos
absentismo laboral, menos accidentes de tráfico, ganan un 25% de dinero más y
su esperanza de vida se alarga cinco años. ¿Se dan un besito por las mañanas
o por las noches antes de dormirse?
¿La explicación? Los que empiezan el día con un beso lo hacen con una
actitud más positiva y más energía vital. Sí, besar significa cuidarse en
salud. Es una demostración de cariño, de amor, de respeto, de amor puro. Con un
beso se
comunican muchísimas cosas. Tanto para la mujer como para el hombre el primer beso es clave para
continuar la relación. Besar no lleva al éxito. Pero besar mal con toda
seguridad lleva al fracaso. Cómanse a besos, sí...bésame hasta que me muelas a
besos. Bésame, por todos los Dioses.
Pues bien, ha llegado la hora de redescubrir el ritual del beso. Para la mujer lo
divertido es lo que pasa antes; para el hombre, lo que ocurre durante. Pero
precisamente por ello, el beso desempeña un papel clave. En política, en
nuestra política, en Canarias habría que dar mas besos, menos puñales. En el modelo gomero sabemos cómo hacerlo. El
hombre y la mujer son dos motores que van a diferentes velocidades: el beso es el punto de
equilibrio, los sincroniza. Anímense. Bésense. Pero de verdad: bésense mucho.
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