LA CHINCHETA DEL DOMINGO. El milagro de Fran y Vero...

El sol que brilla es el que alumbra, como la luz que va delante. Nos falta más calor en nuestras vidas, y es verdad que la primavera promete traer algo, pero los bolsillos siguen sin calor, sin sol, congelados. “Hacer la compra se está volviendo imposible, la luz (y no precisamente la del sol...), es un puñal cada mes, y los alquileres de pisos, escandalosos”. 

Eso me dijeron Francisco y Verónica en Las Palmas hace tres días, cuando recibieron las llaves de su nueva casa, que Viviendas Sociales de Canarias les entregó, fruto de un programa que se llama Vivienda Vacía y que, básicamente, gestiona e intermedia entre propietarios que tienen sus casas vacías y familias que no pueden pagar los abusivos precios del mercado privado.

Fran y Vero recibieron la primera vivienda de las muchas que se van a entregar en esta modalidad de gestión. Lo definieron como: “un milagro de los que ya no existen y un sueño del que aún no se han despertado”. Vero me dijo que cuando la llamaron para decirle que tenía su vivienda concedida, estaba en la guagua, camino de su trabajo, un colegio donde limpia por las tardes.

Vero se puso a llorar en la guagua. Lloraba porque ya tenía su milagro y encima su nuevo hogar estaba situado enfrente de su trabajo: milagro multiplicado por dos. Una buena Educación y Sanidad son fundamentales pero...tener tu hogar, tu “techito”, ése en el que te refugias cada noche, para las buenas y para las malas, es el pilar fundamental. Por eso lloraba Vero. Pagarán un alquiler muy asequible (la mitad que en el mercado privado) y podrán llegar a fin de mes.

Y los propietarios, tranquilos. Ya no tienen su vivienda vacía, cobran una renta garantizada a fin de mes, y el día que se venza el contrato (7 años), si requieren de nuevo su vivienda, se les devuelve igual que la entregaron. ¿Quién da más...? Había que ver las caras de Fran y Vero saboreando las habitaciones de su casita y acariciando los muebles de cocina. Sí, definitivamente, hace falta más calor en nuestras vidas...