LA CHINCHETA DEL DOMINGO. Cuento de Navidad...

Son días de vino y rosas, o eso suelen decir. Lo curioso de la Navidad es que son tiempos de sentimientos encontrados. Tiempos de tristeza por los que no están, alegría por los que están y más alegría por los que están por venir. Jesús en el pesebre se ríe porque esta alegre, Nochebuena de amor, navidad jubilosa...dependiendo si has ido a hacer la compra.

Pensaba en las Navidades cuando era chico, llenas de petardos, pelotas, bicicletas, y muñecas que traían los Reyes Magos, esos infatigables jornaleros de la gloria, que en una sola noche complacen a todo el mundo. A esos, sí los ponía yo al frente de un Gobierno. Ahora los tiempos, y los “jubetes”, como dicen algunos nenes y nenas ahora, han cambiado. Pues bienvenido sea. Todo tiene que cambiar.

Como en el cuento de Navidad de Dickens, y a su protagonista Ebenezer Scrooge, un hombre avaro y egoísta, a más de uno que conozco, como a él, le van a visitar los fantasmas, que así acabo el hombre, entendiendo que por la vida no se puede ir sembrando rencor. Y acabó bien, siendo amable al menos. Pa los malos ya saben, carbón del duro de Los Reyes. Hoy no toca escribir de política, ni de ruindades. Esto es un cuento de Navidad, que pretende un final feliz, pero no se me vengan arriba ¿eh?

Yo sé que podemos intentar ser algo más felices, que incluso en el enfado hay que saber comunicarse, y esto no es cosa de Navidad, debería ser todos los días, pero bueno, ya que estamos en Navidad, no está mal recordarlo. Un cuento de Navidad es cariño, besar, acariciar y hasta tocar en la punta de la nariz o en las patitas a tus seres queridos. Y si no hay mucho de comer: a papas fritas y huevos. Pero que nadie, nunca nos quite el cariño, el amor inmenso de sentirnos felices con nuestras familias, no en Navidad, sino siempre.

Si querían un cuento de Navidad aquí lo tienen. Seguramente Dickens mandaría a fusilarme por lo que he escrito, pero coincidimos en una cosa, nos sale de dentro. Feliz Nochebuena a tod@s, feliz Navidad, y piensen que realmente,  lo más importante es que lo que tienen al lado, a su familia. Eso sí es un buen cuento de Navidad.

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