LA CHINCHETA DEL DOMINGO. Los malos tiempos...

No, no vivimos buenos tiempos, pero sobreviviremos. Dicen que la inflación nos come y que el carrito de la compra ya no da para nada, pero seguimos comiendo. A veces, a base de sándwiches grasientos de jamón y queso por las noches, o de pizza barata, vaya dieta, pero comemos, y normalmente tenemos un techo donde dormir. Los malos tiempos fueron otros. Mi padre caminó descalzo hasta los 6 años cuando le regalaron su primeras lonas...

Y no me siento orgulloso de ello, ni debería presumir de ello, pero me da la perspectiva, de quiénes somos, quienes fuimos y hacia donde vamos. Los malos tiempos pasaron para casi todos, pero todavía tenemos quienes siguen viviendo en tiendas de campañas para a ir a trabajar al día siguiente o duermen en el coche. Los malos tiempos siguen teniendo sus momentos. Los que cada mañana se despiertan, con 50 y tantos, sin nada que hacer y mirando al techo ¿les suena...?

¿Dónde estabas tú, en los malos tiempos, cuando caído en el suelo no veía la luz? Pedro Sánchez insiste en que vienen buenos tiempos, pero yo no veo muchas señales de humo, ni oigo el regocijo en la fiesta. En un país donde, desde el respeto democrático se ha pasado al insulto personal más pestilente que he visto. Por suerte puedo volver a bailar descalzo por Madrid, por la plaza del chicharro en Santa Cruz de TFE o por Agulo al son del baile del tambor. En el Falcón presidencial no voy s bailar seguro...

Papi y Mami me dieron buenos tiempos. Me mandaron a estudiar fuera para que los malos espíritus o tiempos se fueran yendo de mi cabeza. Gracias Papi y Mami, impagable. Cambio los malos tiempos por un atardecer con un bocadillo de sardinas y un abrazo a la orilla del mar. Tal vez algunos de nuestros políticos prefieran champán chuletón o caviar. Pero creo que todo puede ser más simple. Dios mío, cómo hemos cambiado...

 

Comentarios

Entradas populares de este blog