LA CHINCHETA DEL DOMINGO. Hay una carta para ti...
El terror comienza con el cartero (que siempre llama dos veces...), que aparece en la puerta con ese polo amarillo primavera, y que, con una mirada agachada, dice aquello de: “tengo una carta de Hacienda para ti...”. Y ya está el terror. “¿Y qué es? balbucea uno con cara de trágame tierra... “Pues vaya usted a saber...” responde el Hombre del Saco, rumiando pa adentro aquello de: “Hacienda siempre hace buenos regalos a sus fieles...no te queda nada”.
Al abrir la carta, más bien al romperla (les habrá pasado),
pone aquello de que vayamos por la “oficina – matadero”, que hay una
notificación. Entonces, el terror se torna en horror y arranca el calvario. Comienzan
las llamadas, a las que nadie responde o lo hace un robot taciturno que usar
por turno, que te hace gastar teléfono, y no lleva a ninguna parte.
Entonces, el horror ya alcanza cuotas de la cuarta dimensión.
Esto que cuento, es lo habitual, y sinceramente me parece de lo más
sinvergüenza y desalmado que he visto. ¿Por qué Hacienda, que la pagamos todos,
me tiene que acojonar de esta manera? ¿No pueden poner el motivo, en la basura
de papel que mandan, y así puedo dormir en paz?
¿No hay una aplicación donde uno consulte que “estallada”
le están metiendo? Ya está bien hombre. Están para servir al ciudadano, no para
espantarlo. Y luego te dan una cita para dentro de dos semanas. Dos semanas
tribulando uno qué diablos habrá hecho. y salvo que lo pida expresamente el
usuario, se tiene que terminar ya también la milonga de las citas telemáticas, antes
obligadas por COVID, ahora por comodidad.
A trabajar, carajo, que al ciudadano hay que atenderlo, de
manera ágil, rapidito y mirando a la cara. Y a Hacienda, que dejen de
aterrorizar a la gente con los pobres carteros. Que den la cara y expliquen
rápido y sobre la marcha si uno ha hecho algo. Que son humanos y van al baño
como usted y como yo. Ya está bien de aterrorizar a la gente con cartitas de
acojone.
El covid ha sacado a la luz la vaquera de España.
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